"Muchos de nosotros nos sentimos irremisiblemente atrapados en el mundo que percibimos, y, por mucho que lo intentemos, nos resulta imposible cambiarlo y escapar de sus aparentes confines.
Si recordamos que son nuestros pensamientos los que dan lugar al mundo, podemos entonces cambiar el mundo cambiando nuestros pensamientos acerca de él. Al cambiar nuestros pensamientos estamos de hecho cambiando la causa, y, por lo tanto, el mundo que vemos, que es el efecto, cambia automáticamente.
Un sistema de pensamiento transformado puede invertir las leyes de causa y efecto tal como siempre las hemos entendido. Para la mayoría de nosotros éste es un concepto muy difícil de aceptar debido a que nos resistimos a abandonar nuestro viejo sistema de creencias, según el cual todo es predecible, y a asumir la responsabilidad de nuestros pensamientos, sentimientos y reacciones. Puesto que siempre miramos hacia adentro antes de mirar hacia afuera, sólo podemos percibir el ataque fuera de nosotros si primero hemos aceptado interiormente que es algo real." G. Jampolsky
Estamos convencidos que "CREO LO QUE VEO" y que éste es el orden natural de los acontecimientos.
Si poco a poco podemos ir aceptando la idea de que, en realidad, "VEO LO QUE CREO", paulatinamente nos vamos haciendo responsables de nuestros pensamientos, de nuestras emociones, de nuestros actos y... del mundo que percibimos.
Nuestros pensamientos son la luz que nos permite observar la realidad. Según hacia dónde se oriente es la porción que percibimos.
Los aztecas no pudieron percibir los barcos de Colón hasta que ya estaban muy cerca de la costa, porque en su mundo mental no existía una idea de "canoas" del diseño y la envergadura de las carabelas que les permitiera verlas.
En el día de hoy recordaré que el mundo es también resultado de lo que yo pienso de él. Colaboraré orientando mis pensamientos y emociones en sintonía con el mundo que quiero percibir.
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