Consideremos la posibilidad de que esta manera de pensar sea errónea. ¿Qué pasaría si creyéramos que nuestros propios pensamientos son los que determinan lo que vemos?
Posiblemente eso nos permitiría contemplar una idea que en principio nos podría parecer antinatural y extraña, a saber, que nuestros pensamientos son la causa y lo que vemos el efecto. No tendría sentido entonces responsabilizar al mundo o a los que en él habitan de nuestras desdichas y sufrimientos, ya que entonces nos sería posible considerar que la percepción es "un reflejo y no un hecho." G. Jampolsky
Considerar que lo que pienso es lo que me permite ver lo que ahora veo, es el primer paso para entender que si quiero cambiar lo que veo, mi realidad, la mejor manera es empezar a decidir con qué pensamientos me quedo.
Hoy estaré atenta a mis pensamientos y, en lugar de aceptar que son resultado justificado de mi reacción ante la realidad, decidiré si es esto lo que elijo pensar, y si no lo es, construiré el pensamiento que garantice mi paz mental.

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