Dedicar unos minutos al día para ejercitarme en la observación de mis pensamientos, como si estuvieran proyectándose en una pantalla, ir aceptando que no estoy necesariamente sometida a su gobierno sino que son mis súbditos, es decir, puedo retomar las riendas de lo que pienso, es un paso necesario hacia nuestra meta de elegir paz mental en lugar de conflicto.
De esta manera puedo elegir qué pensamientos permito que mi mente acoja y consecuentemente mi percepción del mundo se acomodará a ellos.
Si quiero percibir paz a mi alrededor, siembro pensamientos de paz en mi mente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario