"El perdón, tal como se define aquí, no tiene el significado habitual que la mayoría de nosotros conoce.
Perdonar no significa adoptar una actitud de superioridad y tolerar en otros una conducta que desaprobamos, sino significa mas bien corregir nuestra propia percepción errónea de que otro nos ha hecho daño.
A diferencia de la mente que perdona, la mente que rehusa perdonar está llena de confusión y de miedo. Vive convencida de que la percepción que tiene de los demás es correcta y de que, por tanto, su ira está justificada y sus juicios recriminatorios son acertados.
La mente que no perdona se aferra rígidamente a la idea de que el pasado y el futuro son uno y lo mismo, y se resiste a cambiar. No quiere que el futuro sea diferente al pasado. La mente que no perdona se considera a sí misma inocente ya los demás culpables. Se deleita en el conflicto y en tener siempre la razón, y considera que la paz interior es su enemigo. La mente que no perdona percibe todo como separado." G. Jampolsky
Hoy recordaré que EL PERDÓN ES LA LLAVE DE LA FELICIDAD y que perdonar no es consentir, aceptar lo inaceptable o convertirme en cómplice. Perdonar es, para mí hoy, dejar de justificar mis sentimientos rencorosos y una vez más elegir mi paz mental en lugar del conflicto.
ENTRE TENER RAZÓN Y SER FELIZ, ELIJO SER FELIZ
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