"Si percibimos todo lo que ocurre no como un problema sino como una oportunidad para aprender, podemos experimentar una gran alegría y bienestar cuando finalmente aprendemos las lecciones que cada situación nos brinda. La oportunidad de aprender algo no se presenta hasta que estamos listos para ello." G. Jampolsky
La pregunta a hacernos entonces es:
¿Qué necesito aprender ahora para sentirme mejor conmigo mismo?
En lugar de tomar a las personas y a las circunstancias de este momento como incordios, trabas, adversidades o amenazas, puedo alejar el foco y observarlas en un plano más amplio. Puedo finalmente tomarlas como una oportunidad para aprender.
Los embotellamientos, las largas filas, los trámites frustrados, pueden ayudarnos a desarrollar nuestra paciencia y aceptación.
Los golpes, las caídas, las roturas de vasos o platos, nos señalan que nuestra mente se ha ido lejos de donde está nuestro cuerpo y nos invitan a que la hagamos regresar, a estar más atentos.

¿Y vos?
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