martes, 16 de diciembre de 2014

CONCLUSIÓN II

"Cada instante de nuestras vidas puede considerarse como una oportunidad que nos brinda el presente para un nuevo despertar o renacimiento, libre de la innecesaria intrusión de los recuerdos del pasado o de lo que esperamos nos pueda deparar el fururo. En la libertad del momento presente, podemos extender nuestra verdadera naturaleza, la cual es esencialmente amorosa." G. Jampolsky


Hoy me centraré en recordar que mi mente tiene dificultades para anclar en el presente. Mis pensamientos naturalmente van del pasado al futuro y del futuro al pasado.
Cuando me llevan al pasado me llenan de resentimiento (vuelvo a sentir una y otra vez lo mismo), culpa (si hubiera hecho otra cosa...), tristeza...
Cuando me llevan al futuro siento miedo (y si pasa esto... aquello), ansiedad...

Puedo ir al pasado a sanar, resolver, aprender. Al futuro para proyectar, diseñar, proponer. El pasado ya no es y el futuro aún no llegó. Inmediatamente vuelvo al presente.
El instante presente y el Amor son lo único real.
Por lo tanto, durante el día de hoy cada vez que detecte que mi mente me aleja hacia los recuerdos o avanza hacia el futuro, amorosamente la traigo a la realidad:
YO
AQUÍ
AHORA
ACEPTO 
AGRADEZCO
AMO
ESTE INSTANTE

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