"Muchas veces me pongo a pensar en lo mucho que podemos aprender de los niños pequeños. Ellos todavía no se han adaptado a nuestro concepto de tiempo lineal compuesto de pasado, presente y futuro. Los niños se relacionan únicamente con el presente inmediato, con el ahora. Tengo la impresión de que no perciben el mundo fragmentado, sino que se sienten unidos al resto del mundo y que son parte integrante de un todo. Para mí, ellos representan la inocencia, el Amor, la sabiduría y el perdón verdaderos.
A medida que crecemos, tendemos a aceptar los valores de los adultos, quienes hacen hincapié en que proyectemos lo aprendido en el pasado sobre el presente y sobre lo que prevemos ha de ser nuestro futuro. A muchos de nosotros nos resulta difícil cuestionar, aunque sea mínimamente, la validez de estos conceptos del pasado, presente y futuro. Estamos convencidos de que el pasado seguirá repitiéndose en el presente y en el futuro sin posibilidad de cambio; por consiguiente, creemos vivir en un mundo temible donde tarde o temprano nos veremos agobiados por sufrimientos, frustraciones, conflictos, depresiones y enfermedades."
G. Jampolsky
"Siempre es igual"
"Yo soy así"
"Ya vas a ver lo que pasa"
"Es el destino"
"Es inevitable"
...etcétera...
Podemos seguir alargando esta lista de frases-creencias con la cosecha de cada uno.
En el día de hoy estaré atenta al trabajo de mi mente, que no puede anclarse naturalmente en el presente porque está programada para saltar del pasado al futuro, y cada vez que pueda detectarla trayendo el pasado para juzgar el presente y proyectar el futuro, volveré al eje:
YO
AQUÍ
AHORA
Y con la sonrisa de un niño dejaré que el presente me sorprenda.
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