"Cuando nuestros deseos se cumplan sin esfuerzo, nos será fácil practicar la ley del desapego."
Esto tienen las leyes: a medida que voy siendo consciente de sus efectos a través de la práctica, más planificadamente las pongo en práctica y más naturalmente observo sus efectos.
Siempre están funcionando, como la ley de gravedad, sea yo consciente o no. Lo que hacemos al practicarlas voluntariamente es ponerlas a trabajar en función de lo que queremos.
La ley del desapego requiere aceptar soltar el control de los resultados. En lugar de aferrarme empecinadamente a limitar, a que las cosas resulten como yo puedo ahora mismo imaginar, acepto que hay muchos resultados que ni siquiera alcanzo a vislumbrar.
Soltar mi idea de cómo deben ser las cosas, yo mismo y los otros, es al mismo tiempo soltar el pasado, pues mis creencias de cómo deben ser se gestaron en el pasado.
Soltando mis creencias del pasado, me abro a las infinitas posibilidad del presente.
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