"No puedo ayudar a otra persona a menos que reconozca que ambos estamos metidos de lleno en la situación, que las diferencias entre nosotros son superficiales e irrelevantes y que lo único importante es lo mucho que ambos tenemos en común."
El viejo paradigma de desigualdad entre maestros y discípulos, sanadores y enfermos, está caducando a medida que la consciencia se expande. Aprendemos enseñándonos unos a otros, nos sanamos sanándonos unos a otros.
Cada uno de los que se nos cruza en el camino es un maestro y un sanador. Depende de nosotros que aceptemos la oportunidad de aprender y de sanarnos.
Muchas veces no podemos ver lo que se nos está ofreciendo, entonces la vida vuelve a darnos una nueva oportunidad en otro momento.
Estar atento, ser progresivamente más consciente del instante que estamos viviendo, nos ayuda a descubrir las lecciones y los remedios que se nos están ofreciendo, aunque sean distintos a los que nosotros esperamos.
"... cada persona tiene una manera peculiar de exponer la verdad tal como la ve, y esa singularidad es importante... la honestidad ha de ser el marco de cuanto demos o recibamos."
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