miércoles, 26 de noviembre de 2014

ALCANZAR LA PAZ MENTAL MEDIANTE EL PERDÓN


"Cuando aceptamos la paz mental como único objetivo, el perdón se convierte en nuestra única función. Es el vehículo del que nos valemos para corregir nuestras percepciones erróneas y superar el miedo. Dicho llanamente, perdonar es pasar por alto y olvidar.
El primer paso en el proceso de volver a entrenar a la mente es decidir que la paz mental sea nuestro único objetivo, lo cual quiere decir pensar en primer lugar en nosotros mismos, no de forma egoísta, sino desde el punto de vista de nuestra realización interior. El segundo paso es perdonar.
Muchos de nosotros nos sentimos frustrados cuando cometemos el error de que nuestro primer paso sea amar al prójimo. Con frecuencia, debido a nuestras experiencias del pasado o a ciertos valores distorsionados que aún abrigamos, hay algunas personas que sencillamente no nos parecen dignas de ser amadas, y debido a nuestra equivocada percepción de su conducta, nos resulta difícil sentir amor por ellas.
Una vez que hemos decidido que gozar de paz mental es nuestra única meta, podemos proceder con el segundo paso-perdonar-, y elegir ver a los demás bien sea extendiendo Amor o bien llenos de miedo, implorando ayuda en forma de Amor.con esta nueva percepción nos resulta más fácil ofrecer al prójimo total Amor y aceptación, y consecuentemente, experimentar al mismo tiempo paz interior.
NO ES NECESARIO QUE LOS DEMÁS CAMBIEN PARA QUE NOSOTROS PODAMOS EXPERIMENTAR PAZ." G. Jampolsky
Este es un paso clave porque significa que me hago responsable no solamente de lo que hago sino de lo que pienso y siento. 
Abandonar los beneficios que nos trae encontrar la fallas en los otros y justificar nuestros actos, pensamientos y sentimientos por lo que los otros hacen, piensan o sienten no es fácil porque entre esos beneficios se encuentra creer que por lo menos yo soy mejor que esos otros y eso  me hace ensombrecer los aspectos que no nos gustan de nosotros mismos. Responsabilizarme es liberar a otros, perdonarlos.
Hoy privilegio mi paz mental recordándome no juzgar nada  nada de lo que los otros hagan, piensen, o sientan y responsabilizándome de lo que yo hago, siento y pienso. Privilegiar mi paz mental es alejarme de todo lo que pueda perturbarla, incluidos los medios de comunicación  y empezando por mis propios pensamientos perturbadores.
 

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