
La paz interior, que vamos experimentando de a ratitos progresivamente más amplios a medida que ejercitamos el silencio, es lo más parecido que conozco a eso que llamamos felicidad. Y el desarrollo de la paciencia infinita, pasito a paso, momento a momento, situación a situación es el camino que nos conduce directamente a la paz interior y que, al mismo tiempo, se nutre de ella.
SILENCIO-PAZ INTERIOR
PAZ INTERIOR-PACIENCIA INFINITA
PACIENCIA INFINITA-PAZ INTERIOR
PAZ INTERIOR-SILENCIO
BIENESTAR CONTAGIOSO
Son los juicios los que nos separan de los otros, por eso, paradójicamente es el silencio lo que nos une a los demás.
Cuando hablamos de silencio, hablamos de no emitir juicios, tampoco en nuestros pensamientos.
Como esto es muy difícil porque la mente está entrenada para juzgar, comparar, medir, calcular, etc., podemos empezar por dejar pasar los juicios que nuestra mente produce sin asumirlos ni justificarlos.
En el día de hoy estaré atenta a ver qué puedo aprender de cada persona con la que me encuentre, reconociendo que son mis juicios, mis propios pensamientos sobre el otro y las situaciones, los que me quitan la paz y me vuelven impaciente.
Me preguntaré: ¿este pensamiento, me une o me separa?
Me preguntaré: ¿este pensamiento, me une o me separa?
No hay comentarios:
Publicar un comentario