Podés hacerlo ahora mismo:imaginá que tenés en la mano un jugoso, amarillo y brillante limón cortado por la mitad, lo llevás hasta tu boca y comenzás a chuparlo...
Sí, nuestros pensamientos son mensajeros químicos que hacen efecto directamente en nuestro cuerpo.
La simple evocación de un limón dispara una serie de mecanismos que permiten que nuestra boca se llene de saliva para contrarrestar el ácido... ¿Qué clase de química envenena nuestro cuerpo cuando tenemos pensamientos venenosos?
Creamos nuestra realidad, por lo menos en nuestro cuerpo, con lo que pensamos. Ese efecto lo producen tanto nuestros pensamientos conscientes como los inconscientes.
Se calcula que al día podemos tener unos 60.000 pensamientos.
Empecemos a actuar, convirtiéndonos en observadores de lo que pensamos y vayamos recuperando nuestra libertad de elegir qué queremos pensar.
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