El miércoles he tenido una experiencia que confirmó algunas de mis certezas.
Las comparto con ustedes:
Sé que todo lo que me sucede es por mi bien mayor.
Todo tiene un sentido y todo es una oportunidad de aprendizaje.
Nada puede dañarme si me mantengo en contacto con mi ser interior, y reconozco la divinidad en mi.
Aflojo, acepto, agradezco mi circunstancia aquí y ahora y me abro para reconocer mi propio poder y fortaleza.
Centrarme en el instante presente, aquí y ahora, en el centro de mi corazón, cerrar los ojos y recordar y sentir amor sin condiciones hacia mi misma, aleja de mi corazón la angustia y los miedos, las culpas y los arrepentimientos, los reproches y los resentimientos.
Un abrazo desde el centro mismo de mi corazón, agradecida por cada instante y experiencia, y sintiéndome cada vez más responsable por las bendiciones recibidas.
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