Inteligencia es un equilibrio dinámico entre dos procesos: ASIMILACIÓN y ACOMODACIÓN.
ASIMILAR es incorporar a mis estructuras (lo que ya tengo, lo que soy, mi historia, mi cultura) lo que viene de afuera, le doy mi estilo, lo veo como puedo, le imprimo mi impronta, hago mío lo que antes me era ajeno, les doy mi forma. Y es importante claro, Pero si me quedo con esto solamente, me aislo en mi experiencia, limitado a mi propia visión, confundido y cegado por mi propia luz que solamente ilumina una porción, me cierro. Puedo creer que esto que yo alcanzo es todo, cuando solamente es una parte, la que mis estructuras me permiten ver. Acciono sin tener en cuenta nada más que a mí mismo, a mis ideas, a mis intereses. Se parece bastante a la soberbia y al egoísmo.
Hay un desequilibrio.
ACOMODAR es el proceso complementario. Acomodar es abrirme, ampliar mi mirada a mi afuera, acomodar es aceptar, flexibilizarme, oir y compartir. Es permitir que el afuera me influya, poner en consideración la visión de los otros que completa la mía. Pero si siempre estoy acomodando, pierdo la libertad de elegir, me desconecto de mi propia opinión, dejo de reflexionar y solamente acepto mansamente lo que se impone de afuera. Es más cómodo, no me responsabilizo, pongo afuera de mí las causas y las respuestas. Me dejo llevar. Yo solamente reacciono. Entrego mi libertad y culpabilizo al mundo.
Hay desequilibrio.
ADAPTACIÓN, es decir, INTELIGENCIA, es ese equilibrio dinámico permanente y simultáneo, entre estos dos procesos que me ponen en constante juego entre mi individualidad y el mundo y que me permite tener en cuenta lo que soy y lo que pienso, lo que necesito y lo que puedo y al mismo tiempo lo que es el otro, lo que piensa, lo que necesita y lo que puede. Se parece bastante a DAR y RECIBIR.
Y me recuerda mucho a ACEPTAR. Cuando me acepto y acepto estoy practicando este equilibrio entre lo que quiero, lo que necesito y lo que puedo y lo que los otros quieren, necesitan y pueden. Es reconocer mis derechos y que estos terminan cuando empiezan los de los otros.
En el día de hoy me propongo estar atenta a mantenerme en equilibrio entre mi adentro y mi afuera, mi visión y la de los otros, ejerciendo mis derechos y respetando los derechos ajenos, dando y recibiendo. Aceptando.
Es decir, me propongo vivir inteligentemente el día de hoy.
Hoy mantengo mi propuesta de ayer...
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