1. Aprende a
perder
“Si ya no te quieren, aprende a perder
y retírate dignamente, ya que luchar por un amor imposible, nuevo o viejo, deja
muchas secuelas”.
“Cuando realmente ya no te aman, con
independencia de las razones y causas posibles, hay que deponer el espíritu
guerrero y no librar una batalla inútil y desgarradora; es mejor sufrir la
pérdida de una vez que someterse a una incertidumbre sostenida y cruel”,
aconseja el psicólogo Walter Riso.
2. No te cases con
tu amante
El segundo consejo de este experto es
que nunca te cases con el amante, “porque es como echarle sal al postre.
Solamente un pequeño porcentaje de amantes que acaban casándose o se van a
vivir juntos, mantienen una relación que funcione", mantiene el experto.
“Despertar del éxtasis, reestructurar la locura simpática que mantenía viva la
relación tiene sus consecuencia y contraindicaciones; es muy difícil
reglamentar el amor pasional y que el hechizo no se rompa”, remacha Riso.
3. No ayudes a tu
expareja
"También es común, en estos casos,
-agrega- que la persona mantenga un lazo compensatorio con su expareja por
lástima, responsabilidad moral o culpa, un aspecto que pone los pelos de punta
al viejo amante transformado, especialmente, cuando el marido-esposa ofendido
entra en crisis".
“En ocasiones, los ex se convierten en
una especie de apéndice: no cumplen ninguna función, son incómodos y habría que
extraerlos de raíz si se quiere tener una vida saludable y en paz”, aconseja el
especialista.
4. Adiós a los 'ni
contigo ni sin ti'
Para aquellos enamorados a quienes su
pareja martiriza con el tan manido “ni contigo ni sin ti”, Riso aconseja que
corran con todas las fuerzas lo más lejos posible y no salten al compás del
otro, sino que sean rotundos y contundentes en el “se acabó”.
“Si decides seriamente salirte del
juego, notarás que, poco a poco, tus emociones empezarán a depender de ti: este
proceso se conoce como ‘autorregulación’ y permitirá que la actitud dubitativa
del otro te afecte menos, que te mueva, pero no te tumbe”, enfatiza este
psicólogo clínico.
5. Invítate a ti
mismo a salir
Otro principio de supervivencia radica
en alertar sobre que el poder afectivo lo tiene quien necesita menos del otro y
no faltan quienes intentan sacarle provecho con el mensaje implícito de que se
irán si no le dan lo que desea. “Ensaya la soledad”, es el consejo del experto,
en el bien entendido de que la soledad afectiva no tiene porqué ser una tortura
y que no se define por sustracción (estar “sin ella o sin él”) sino por la multiplicación
del ‘yo’, que se recrea en el autodescubrimiento.
“Invítate a ti mismo a salir y conversa
de ‘tu a tú’ o de “’yo a yo’ y tendrás que reconocer, aunque sea a
regañadientes, que la persona a la que quieres, a veces, sobra y molesta, a
pesar de que la ames”, añade Riso.
6. Un clavo no
saca otro clavo
“Un clavo no saca otro clavo y, a
veces, pueden quedar dentro los dos”, advierte el psicólogo para quienes suelen
recurrir a este proceso, bien por la necesidad de ser amado, la baja tolerancia
al dolor afectivo, o el revanchismo.
“Con esta idea en la cabeza, los
dolientes se lanzan al mundo del mercado afectivo en busca de un ”clavo” más
grande y más potente que desplace y retire el anterior, sin pensar que en el
mundo emocional hay una leyes que subsisten antes deben ser asimiladas y
diluidas por el organismo”, asegura Riso, en relación con el duelo amoroso.
En su opinión, lo mejor sería un
proceso a la inversa: primero hay que sacar el viejo clavo y luego, si tienes
suerte, hallarás una persona que valga la pena y que pueda a entrar en tu vida
tranquila y sin estorbos del exterior.
7. Mantén tu
autoestima
Otro principio de supervivencia
afectiva pasa por evitar el sacrificio irracional e intentar anularte para que
tu pareja sea feliz “porque autocastigarte para levantarle la moral a otro es
matar el amor en nombre del amor; ésa es la paradoja”, apunta Riso.
8. No idealices a
tu pareja
Otra máxima a tener en cuenta es que
“si el amor no te ve, ni te siente, no existe o no te sirve” y abomina de
quienes no son capaces de expresar amor porque “no es suficiente sentir el
amor, sino que hay que sacarlo a relucir, hay que probarlo”.
9. El amor no
tiene edad, pero los enamorados sí
“Necesitamos algo de locura, un poco de
desorden, una chispa que nos recuerde que la pasión no ha muerto y el juego no
ha terminado; entre un estilo afectivo apocado y preciso y otro locuaz y
explícito, la mayoría preferimos el segundo”, enfatiza el experto.
10. Aprende de la
ruptura
Algunas separaciones son instructivas
ya que "permiten saber lo que no quieres del amor".